Tesoro en la basura - un armario centenario
Mi amigo SonSenyora, ha hecho un magnífico trabajo de reciclaje, o restauración, como querais llamarlo.
Os lo pongo aquí, para que veais cómo la imaginación y el amor hacia las cosas bellas, pueden obrar milagros.
Utilizaré sus mismas palabras entrecomilladas puesto que suyo és el mérito, alternadas con algún comentario aclaratório mío si es necesario, puesto que él ya lo explica suficiente.
Aquí va
"Os traigo la transformación de un armario recogido en la basura hace unas semanas, dejado sin ningún criterio junto a un contenedor en medio de un camino rural cerca de Son Senyora"
"No fue un flechazo a primera vista, si no más bien un : Lo cojemos por si acaso y ya veremos si tiene arreglo o acaba en la chimenea, así que allí ibamos mi chica y yo con una furgoneta prestada cargando con el trasto, sin saber muy bien que haríamos con él."
"Cuando comprobamos que debido a su tamaño sólo nos encajaba en el porche de la casa, lo colocamos allí sin mucha convicción a ver que tal quedaba... y entonces si que surgió el amor!!!! Quedó automaticamente indultado del fuego, y pasamos a la fase de: Como lo tuneamos??"
"Aquí la primeras fotos del anciano armario:"
"La verdadera razón del indulto fue cuando con más calma me dediqué a mirar los detalles de la pieza, y comprobé que no había cola por ningún lado, no tornillos, ni bisagras de piano...todo hecho a la antigua usanza: Las cerraduras unidas con clavos a la madera, las uniones de las piezas, con técnicas tradicionales. Pensamos que el mueble tiene de largo más de 100 años, y si había llegado a esa edad, era mejor idea conservarle...al fin y al cabo, este año vamos sobrados de leña para la chimenea"
"La idea inicial era retirar los barnices antiguos, dar imprimación blanca y acabarlo en pintura aguamarina desgastada, pensando que el mueble no valía la pena conservarlo de mejor forma.
Al comprobar su antiguedad, así como el buen estado general que presentaba (uniones sólidas, sin asomo de carcoma...) y sobre todo, al comprobar que la madera que aparecía bajo el barniz tenía muy buena pinta, decidimos esmerarnos un poco más y tratar de recuperar su estado original.
Para ello, acudo a la lija (cada día me gusta menos decapar) y primero con lija de 80 y una segunda mano con lija de 120, paciencia y una cervecita de tanto en tanto, se lija el mueble entero.
Podeis ver en las fotos las diferencias de tonalidad una vez lijado, y como decidí no eliminar del todo los restos de ataques de hongos (creo) que oscurecen la madera y le dan esa apariencia de lo que en realidad es, una madera con muchos años."
"Y así, cuando acabé de lijar todo el mueble. Finalmente descubrí que la madera es de abeto, y no de pino como originalmente pensaba. El carpintero del pueblo me decía que una madera tan antigua, si es de pino, tiende a color rojizo, y que si tiende a color miel (como es el caso) es abeto. Siempre se aprenden cosas nuevas."
"Acabada la tarea de la lija, tocaba solucionar el asunto de la puerta. Imagino que, originalmente, debería de tener una luna de espejo en el frontal.
Cuando lo rescatamos de la basura tenía una barra trasera y una cortinilla espantosa. la duda era ¿dejamos la puerta, o la eliminamos definitivamente y reconvertimos el armario en alacena sin puerta? Pero siempre hay una tercera opción: Alacena con puerta.
Para ello, tela de gallinero. En la carpintería del pueblo me hicieron dos junquillos que faltaban de la parte interior de la puerta, y se coloca la tela de gallinero clavando los junquillos y procurando que quede lo más tensa posible (para mi, eso es lo más difícil)"
"A continuación, volvemos a colocar las cerraduras de la puerta y el cajón inferior. Tan solo han necesitado un buen chorro de 3en1 y un repaso con la dremell para retirar todo el óxido que tenían. Hasta los clavos originales han sido recuperados para volverlas a colocar en su sitio, y por suerte, el armario conservaba una de las dos llaves originales.
Lo que no tenía arreglo eran las bocallaves, estropeadísimas y de muy mala calidad, por lo que se han puesto nuevas tanto en la puerta como en el cajón."
"En algún momento de su vida, se incorporaron al armario unas baldas horizontales que quisimos mantener. Los listones que las sujetaban eran de pino basto, sin cepillar ni lijar, lo que no puedo aguantar, además de que se ven un poco, la madera así tratada acumula polvo y suciedad, así que les di un repaso, primero con el cepillo eléctrico y luego de lija. Como los colores de los soportes y de las baldas eran muy diferentes de los del resto del armario, los igualé con cera un poco tintada con betún de judea."
"La cosa va cogiendo buena pinta!!"
"Ahora solo quedaba darle el acabado. Para ello, cera, mucha cera!!! tan solo tras la tercera mano empezó a coger ese brillo tan carácterístico. Empleé la cera de patinar de Lakeone, la incolora (que es amarilla en el bote)
"Yo siempre la abrillanto con una muñequilla hecha con trapos de algodón o lana metidos dentro de una media usada... cansado pero efectivo."
"Finalmente, como el interior no acababa de convencernos del todo (nos parecía un poco soso) aprovechamos unos restos de papel de empapelar para, manteniendo el aire original del mueble, actualizarlo un poco, por lo que empapelamos con esos restos el interior: trasera y laterales.
No obstante, y pensando en que si un día se quería recuperar el estado original, lo que hice fue colocar con dos puntas unas chapas de 4 milimetros cubriendo la trasera y los laterales interiores del armario, y sobre esa chapa se empapeló. Si un día alquien quiere recuperar el interior, solo tiene que retirar esas chapas y arreglado.
Y con estas fotos termina la historia. espero que os haya resultado interesante."
Detalles
A mi este trabajo me encandiló. Espero que os guste y os dé ideas para recuperar aquellos muebles que tenía la abuela y que nuestros padres están a punto de tirar porque les parecen horrorosos o mal cuidados.
Poned la imaginación a trabajar, y a ver que me traeis.